Aislamiento térmico, factor de ahorro
¡Nada como estar a gusto en casa! Temperatura media, sensación de confort, silencio… pero… ¿Y el ahorro?
Cada año aumentan las tarifas de consumo energético, suben los precios, se disparan los costes, surgen nuevas tasas…
En la vivienda, las pérdidas de calor y la falta de aprovechamiento inciden en incrementar los gastos, pérdidas que no sólo se producen a través de rendijas, aberturas o espacios de puertas y ventanas, sino también por los tipos de materiales empleados en paredes o techos.
En cifras, las pérdidas de energía sitúan porcentajes cercanos al 30% a través de techos o 25% por muros y fachadas.
El aislamiento térmico supone una solución eficaz e inmediata para fomentar el ahorro en el hogar; su instalación regula el consumo energético limitando los grados excesivos y asentando una temperatura regular más equilibrada en interiores.
Mediante el aislamiento no sólo incrementamos el confort y la comodidad térmica en la estancia sino que también economizamos en costes evitando usos innecesarios de calefacción o refrigeración.
El calor de la calefacción tiende fácilmente a perderse por los pequeños huecos que se van produciendo en la estructura provocando un mayor consumo de energía. Es en ésas situaciones donde el cerramiento derivado del material aislante se hace fundamental, manteniendo la temperatura ideal sin cambios de graduación.
Por todo ello, el aislamiento supone una solución eficaz de ahorro y eficiencia, una inversión de resultados inmediatos que a la larga compensará su coste de instalación optimizando el uso de sus recursos y mejorando el aprovechamiento energético.